Los morosos y sus artimañas

No hay nada más incómodo para un residente cumplido que un residente MOROSO.

Los residentes morosos no cumplen con la obligación de aportar su cuota de mantenimiento para la colonia, de ella depende gastos de mantenimiento, jardinería, seguridad y servicios, sin embargo, si disfrutan de todos estos beneficios a cargo de sus vecinos responsables.

La táctica común de un residente moroso es aprovecharse de la necesidad de una persona, por lo tanto, decide «seducir» al guardia con dádivas para poder obtener consideraciones y facilidades.

Para acceder a la colonia, el residente cumplido lo hace mediante su tarjeta de acceso por un carril exclusivo, mientras que el moroso tiene que arribar al carril de visitantes, descender sé su vehículo y abrir la pluma para poder ingresar, una vez dentro de la colonia tiene que descender de su auto y bajar la pluma.

Con el guardia de su lado, el moroso sabe que cuenta con el compromiso que el guardia se adjudicó, por lo que al llegar a la colonia en vez de bajarse a abrir la pluma le pide al guardia que lo haga.

Lo mismo sucede con los visitantes de los morosos y sus servicios a domicilio.

Morosos Vs. Automatización

Una vez que la colonia es automatizada, el procedimiento de ingreso a la colonia para los morosos será «un poco» diferente.

Al no haber guardia, al moroso se le asigna una tarjeta «especial» con la cual al arribar a la colonia deberá bajar de su vehículo y rodear la caseta para llegar al LECTOR DE MOROSOS, al pasar su tarjeta por el lector, el portón vehicular se abrirá por un lapso de 8 segundos, tiempo en el cual deberá subir rápidamente a su auto y entrar, este procedimiento deberá hacerlo aún sea de madrugada, llueva, haga frío o calor.

Para el ingreso de sus visitas, el residente incumplido tendrá que ir a caseta y pasar su tarjeta en el LECTOR DE MOROSOS. Este mismo procedimiento deberá realizarlo para sus Ubers, pedidos de comida, paquetería, tintorería, veterinario a domicilio, etc.

Lo anterior se vuelve algo verdaderamente incómodo y tedioso, en la mayoría de las veces el moroso termina por legar un acuerdo con la colonia para disfrutar de los beneficios de la automatización.